Incertidumbre, volatilidad y riesgos de diversa naturaleza, caracterizan a la economía internacional desde 2018. El 2019 llega a su último cuarto con resultados más negativos que en sus inicios y el empeoramiento de las condiciones de financiamiento pone en tensión el manejo de las políticas públicas. La Inversión Extranjera Directa (IED) continúa siendo el flujo más importante y estable para obtener ahorro externo pero diversos factores y de diferente naturaleza dificultan las predicciones sobre su comportamiento a mediano plazo. El presente artículo describe la situación actual de la IED en la región latinoamericana y se detiene en el caso del Caribe, subregión en la que los problemas de la economía internacional, las deformaciones estructurales, la confluencia de políticas vinculadas a la geo-estrategia de las corporaciones transnacionales, los problemas medioambientales y la ineficiencia en el control de capitales, se presentan como responsables de sus magros resultado