Por la habilidad y destreza excepcionales de su fuerza laboral, destaca El Salvador, así como por la extraordinaria conectividad que ofrece su infraestructura avanzada y la fortaleza de una economía totalmente dolarizada.
El marco normativo no solo garantiza incentivos interesantes para las compañías emergentes, sino que también asegura la protección y resguardo total de sus inversiones.
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La inclinación de El Salvador hacia el comercio libre, su estructura de costos altamente competitiva y su cercanía estratégica a mercados significativos hacen que el país sea una ubicación ideal tanto para empresas locales como globales.
En el transcurso del último año, se han incrementado las iniciativas para mejorar las condiciones empresariales y facilitar las dinámicas del comercio internacional.
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